Ben Tolman, de ficciones y nuevos dioses.

diciembre 05, 2017

Ben Tolman, de ficciones y nuevos dioses.

"Gravity" por Ben Tolman, 2014.

Perdimos las ropas en nuestra idealización del futuro, delegamos nuestros deberes más engorrosos a las nuevas tecnologías: inventamos la casa inteligente, los carros autónomos y abandonamos la escritura, la reemplazamos por la toma de dictado de nuestros smartphones y sus grandiosas asistentes simuladas.

Creamos una nueva clase de seres desinhibidos en su soledad, y al estilo del “Yo Robot” de Asimov, retrocedimos para dar pauta a la adoración de nuevas deidades. En los dibujos de Ben Tolman estos nuevos dioses aparecen disfrazados de la belleza formal de la morfología propia de la geométrica elemental. A veces definidos y alzados en su posicionamiento de superioridad, estas formas son tótems que se irradian concretos sobre las formas humanas.

En “Eschaton”, el sol se auto-consume y ha perdido su cualidad de canario, ahora es un hoyo negro gestor de energía oscura, un aplacamiento sonoro de los lamentos sórdidos de sus adoradores, los cuales a brazo alzado le piden la buena obra. El tiempo ha pasado y el ardor del sol se ha transformado en clemencia, desde los cielos ha bajado para situarse rectangular y terrenal, de espinosos contornos se protege de aquellos que a la boyscout le cantan a su presencia, ahora es compasivo, pero sigue asimilando oscuridad, no hay sufrimiento, hay felicidad: “Homage”.

Y el nuevo dios se ha colmado de alabos, de cándidas veneraciones de los ciertamente avanzados humanos, ahora el hedonismo lo ha abordado y se ha pintado de colores, sonrojos múltiples ante los espectadores, sus “followers” que hoy lo retratan como atracción turística, lo toman como un colorido recuerdo para publicar en Instagram: “Cube”.