De quietud y malabares de arlequín, el arte de Ivana Flores

julio 27, 2018

De quietud y malabares de arlequín, el arte de Ivana Flores

"Element Eden" - Ivana Flores

Si en las fantasías de cuentos cotidianos existiera un valle donde las almas se pierden o se reconfortan, un espacio enclavado en praderas lejanas donde las estepas ancianas se embellecen con amarillos dorados desde muy temprano en el otoño; si en las fantasías se dejará de lado la posibilidad de redención, entonces nuestra imaginación daría paso a la idolatría de imágenes que con la duda plasmada en los ojos, iniciarían una cabalgata por la introspección adormecidos en rutinas de arlequín.

Sin comicidad, los personajes creados en las pinturas y dibujos de Ivana Flores se preñan de los artificios del arlequín, los cuales, combinados con la ternura de seres infantilizados en su fisonomía, consiguen la atención de los espectadores en composiciones cuya fuerza visual es localizada siempre al centro del cuadro. Sus personajes se congelan en la imagen para, desde esa pasividad convocar al pensamiento, a la inquietud del que mira. Su obra flota con aquella extraña ternura oscura de los niños que juegan con apariciones en los momentos de pesadilla.

Los rostros se acongojan con calidez y asombro. Y en esa aflicción de los seres fantásticos, las mariposas son ángeles y los hámster escuderos, escuderos de princesas agobiadas. Y así las historias de los cuadros se escriben sin fin en aires donde gatos emulan a los pájaros y se resguardan en nidos de ramas y abrazos. Historias donde los peces nadan sin mar y respiran mientras vuelan sin cesar. Allí mismo, las princesas son marionetas y lúdica de pequeñas animas que de sus cabellos se columpian. Sin emociones, levantarán castillos y embarcaciones de arena, incorporaciones de horizontes de un futuro sometido ante el disfrute de bailantes campos de anémonas flotantes. En los lienzos, el vértigo y el tumulto vendrán de los bosques que los enmarcan, una vez recorridos estos invitan al disfrute de la quietud que yace al centro de las composiciones. Hay poesía, hay metáfora visual.